La protección de plantas en México
Una de las variables importantes en la producción agrícola es el contar con semillas o plantas de calidad, adaptadas a las condiciones locales que permitan obtener mayores rendimientos y calidad en el producto.
Para ello es indispensable que exista investigación y desarrollo de nuevos materiales genéticos en nuestro país, dentro del marco normativo establecido para tal fin.
En México, la protección de materiales genéticos y variedades de plantas se inició a partir de 1994, cuando se estableció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Los países socios, analizaron el respeto a la propiedad intelectual, involucrando leyes sobre patentes, derechos de autor, marcas y secretos industriales, con la finalidad de favorecer la apertura de mercados para exportar e importar material vegetativo. Por ello, en 1996 se establece la Ley Federal de Variedades Vegetales.
Así, desde 1997 el registro de nuevas variedades vegetales en nuestro país está a cargo del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Para obtener un registro, la nueva variedad vegetal debe cumplir con las siguientes características: novedad, distinción, estabilidad, homogeneidad y denominación.
El derecho que otorga el SNICS se llama Titulo de Obtentor y su periodo de exclusividad es de 18 años para especies perennes como: forestales, frutales, vides y ornamentales, y 15 años para el resto de especies.
Este derecho es otorgado a personas físicas o morales, y les permite aprovechar en forma sustentable aquellas especies silvestres o endémicas que puedan ser usadas como progenitoras, permitiendo hacer inversiones en la obtención y registro de nuevas variedades.
Los beneficios de ser reconocido como obtentor de una variedad vegetal son el aprovechar y explotar, en forma exclusiva y de manera temporal, por si o por terceros con su consentimiento, una variedad vegetal y su material de propagación, para su producción, reproducción, distribución o venta, así como para la producción de otras variedades vegetales e híbridos con fines comerciales.
México, a pesar de ser uno de los países biológicamente más ricos del planeta y contar con uno de los mayores índices de especies endémicas, tiene una limitada oferta de trabajo de mejoramiento genético para la obtención de plantas mexicanas a nivel comercial.
Por ello, existen oportunidades para producir de manera comercial, en congruencia con el marco normativo vigente, materiales genéticos de alto valor que el mercado nacional e internacional demandan, como pueden ser las plantas ornamentales.
*Marco Antonio Guzmán Nogueda es jefe de Departamento del Centro de Desarrollo Tecnológico Tezoyuca. La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.